Capítulo 36.
Enero había empezado y un nuevo año también, era un nuevo comienzo para él y para su hijo, eso le aterraba. Porque como la vida te da todo de un momento a otro, ella también te lo puede sacar en un segundo y eso es lo que más miedo daba, no quería volver a la vida de antes, no quería estar en un parque, no quería perder a Jungkook.
Por otro lado también era un nuevo comienzo para Jungkook, las pistas para encontrar a su hermana eran nulas, pero tenían algo y esperaba que funcionara, esperaba que esa basura le dijera el paradero de su hermana. También estaba Jimin, cada vez que ese nombre se le venía a la cabeza una sonrisa se formaba en sus labios.
Ese omega en tan poco tiempo hizo que el rizado cayera y su cachorro hizo que su lobo despertara un amor que jamás había sentido. Quería ayudar a Jimin a superar el miedo a salir, pero sabía que era un proceso.
En este momento se encontraba en la oficina, el nuevo año traía nuevas personas para negociar y tenía que estar al tanto. Un leve golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos.
—Adelante.
—Hola, Jungkook —dijo Daira con una sonrisa asomándose por la puerta—. Una persona te busca, quiere negociar algunas cosas.
—¿Te dijo algún nombre?
—Si —dijo ojeando unas hojas que tenía en mano—. Jihoon, Lee Jihoon. Por lo que investigué es un proveedor muy importante en Daegu.
—Okay, gracias, Dai. Si tienes algún tiempo ponlo en mi agenda, veré que tiene para ofrecer.
—Bien, Jungkook. No es nada —dijo y cerró la puerta.
✧✦✧
Le había pedido a Hoseok si podía traerle algo de fruta, su bebé no estaba comiendo nada de eso y sabía que era necesario. El timbre sonó y supuso que era el rubio.
—Hola, Hobi.
—Hola, Minnie. ¿Cómo estás?
—Bastante bien. ¿Y tú?
—Lo mismo. Te traje algunas frutas y la ropa que me diste para que ponga en la lavadora —dijo tendiéndole todo.
—Gracias, Hobi, te debo muchas.
—No es nada, chico, estoy para lo que necesites.
Hablaron un poco más, Jimin lo invitó a pasar, pero el otro le dijo que ya se acababa su turno y tenía que ir a casa con su alfa. Park le sonrió y fue a picar algunas frutas para después despertar a su bebé para que coma.
Se hicieron las siete y el timbre sonó. Jimin fue a abrir con Jaehyun en brazos, al abrir la puerta vio a Jungkook y su hijo saltó a sus brazos.
—Gook —dijo el bebé inquieto por ir a los brazos del mayor. Jimin estaba obligado a dárselo.
Una vez en los brazos de Jeon, Jae lo abrazó fuerte, como si no lo hubiera visto hace una semana.
—Hola, cachorro.
—E añe.
—Yo también te extrañé, bebé.
El omega se estaba derritiéndose con aquella escena. Una vez que el bebé se calmó, Jimin lo saludó con un beso en los labios y entraron a la sala.
—¿Cómo están, omega?
—Estamos bien, iba a ver que hacer de cenar. ¿Tú cómo estás, Kook?
—Estoy bien, un poco cansado por tanto trabajo.
—¿Quieres descansar? Puedo hacer la cena y luego despertarte.
—No, Jim. Lo único que quiero es estar contigo y con Jae.
—Okay —dijo el castaño con una sonrisa.
—¿Qué te parece si salimos a comer?
La cara del omega se puso seria, estaba nervioso por aquello.
—¿Estás seguro que quieres salir conmigo?
—Eres el omega más precioso que vi en mi vida, estoy completamente seguro.
—Tengo algo de miedo.
—Si no quieres está bien, cariño.
—Perdón, Kook.
—No hay nada que perdonar, omega.
Decidieron pedir comida rápida, ya que el alfa no dejaba que Jimin se levante del sofá, estaba muy mimoso últimamente. Una vez que el timbre sonó, Jungkook atendió trayendo la comida.
—Mira Jae, ¡es un carrito! —dijo mostrándole al pequeño el juguete que venía con la cajita feliz. El bebé sonreía jugando con él—. Eran mejores los de antes, pero que mas da.
Jimin rió por la frustración en la voz de Jungkook.
—¿Qué tal el trabajo?
—Pues, bien. Hoy Daira me dijo que un tal Jihoon quiere hacer negocios conmigo, no sé quien será, pero nunca hay que negarse a nuevos negocios.
A Jimin le recorrió un escalofrío al escuchar aquel nombre y su corazón empezó a latir con fuerza. Se mentalizó que no podía ser ese Jihoon, era imposible. Pero la curiosidad le ganó.
Como dicen algunos: "La curiosidad mató al gato".
—¿Sabes su apellido?
—Si, es un tal Lee Jihoon. ¿Por qué? —preguntó el alfa dándole un mordisco a su hamburguesa.
El mundo de Jimin se vino abajo.
No podía ser, no otra vez. Cuando pensó que ya lo olvidó, cuando pensó que por fin su vida estaba volviendo a la normalidad la persona que más dolor le causó estaba cerca. Quiso reír, no podía creer lo pequeño que era el mundo.
—Jim. ¿Estás bien?
El omega tardó un poco en responder, todavía estaba en shock.
—S-Si, disculpa.
—Está bien, cariño. ¿Por qué la pregunta?
—No era nada importante, pensé que podría llegar a ser un viejo amigo que tenía, pero no es.
—Okay. ¿Te pusiste mal por eso?
—Si. Disculpa, se me fue el hambre.
—¿Quieres hablar, Jim?
El omega miró a los ojos de Jungkook por un momento, pero agachó la cabeza rápido levantándose de su asiento.
—¿Puedes cuidar a Jae un momento?
—Claro.
—Iré al baño.
Jungkook notó su voz apagada y notó en sus ojos lágrimas, no entendía que pasaba. El aroma de Jimin se sentía lejano, casi nulo, se notaba esa tristeza y a la vez ese picor que suponía que era enojo.
El omega no entendía porqué volvía a su vida, no entendía porqué después de tanto dolor que tuvo que pasar, ese pedazo de mierda tenía que volver, solo no entendía.
Tenía ganas de contarle a Jungkook todo, pero no podía, el alfa no tenía nada que ver en esto y él no era nadie para prohibirle hacer negocios con ese tipo. Lo único que pedía era que no se acerque a ellos, no quería que vea a Jaehyun, no se lo merecía. Y a la vez no quería oír devuelta esa voz porque sabía que se volvería a romper si la escuchaba.
El menor se envolvió en sus pensamientos luego de volver del baño, sus sonrisas eran forzadas y Jungkook no entendía el porqué. No sabía si había hecho algo mal, no sabía sí era por otro motivo, no entendía el comportamiento del omega.
—¿Jimin? —llamó la atención del castaño quien se encontraba recostado en sus piernas viendo un capítulo de Grey's Anatomy.
—¿Si? —respondió sin sacar la vista del televisor.
—¿Estás bien? —dijo con un tono preocupado. Un silenció los invadió.
—Si, Kook, estoy bien.
—¿Seguro?
—Si. ¿Por qué?
—Te pusiste raro después de nombrar a ese tal Jihoon.
—Estoy bien, no pasa nada, cariño.
Le dio una sonrisa falsa y el alfa se obligó a creerle. Si no quería hablar de lo que pasaba estaba bien, esperaría a que él quisiera contarle. Luego de terminar el capítulo fueron a dormir, Jeon logró dormirse y Jimin, Jimin no podía dejar de pensar.
✧✦✧
Al día siguiente el alfa fue al trabajo como de costumbre, tenía mucho que hacer.
Eran alrededor de las cinco de la tarde cuando un golpe leve se escuchó en la puerta.
—Pase.
La figura de Daira apareció, el alfa le sonrió y ella de igual manera.
—Hey. ¿Cómo estás, Jungkook?
—Muy bien, Dai. ¿Pasa algo?
—No, no, solo quería hablar con mi amigo. Hace mucho no lo hacemos.
—Es verdad.
—¿Quieres ir a cenar hoy en la noche? Iremos a un restaurante, puedes llevar a tu famoso omega y a tu cachorro.
Al oír "tu omega" y "tu cachorro" en una misma oración hizo que sonriera.
—Claro, les preguntaré, aunque todavía no es mi omega y no sé si querrá que reclame al cachorro como mío.
—Veremos que pasa. A las diez estaremos allí, avísame si no puedes.
—Te aviso. Gracias por la invitación, Dai.
—No es nada, rizos.
✧✦✧
La hora de irse se hizo presente. Jin no lo llamó en las últimas horas, no sabía sí preocuparse, pero trataba de no pensar en eso porque se pondría a llorar. Se fue a la casa de Jimin como de costumbre.
—Hola, alfa —su lobo estaba más que contento.
—Hola, omega —dijo y lo besó. Entraron a la sala—. ¿Dónde está mi cachorro? —dijo sin pensarlo, a veces se le escapaba esas cosas, no podía evitarlo. Se dio cuenta de su error—. Lo siento, cariño. Tú debes de decidir eso, no yo, discúlpame.
—No te disculpes, está bien. Jae está durmiendo, jugó todo el día y la decisión no la tomo yo, la toma él, cariño.
—Tienes razón.
Charlaron un poco de lo que fue su día mientras se sentaban en el sofá.
—¿Quieres un té?
—No, está bien, Jim.
—Okay.
—¿Te gustaría ir a comer conmigo y una amiga?
Jimin respiró hondo, no quería volver a negarse, pero no conocía a esa amiga y tenía miedo de ser juzgado nuevamente.
—Jungkook...
—Tranquilo, no estás obligado a decirme que si.
—Lo siento.
—No pasa nada, amor.
—Puedes ir si quieres.
—¿Estás seguro? No quiero dejarte.
—No vas a dejarme, ¿verdad? Volverás después.
—Nunca te dejaría, siempre volveré a ti.
Jimin sonrió y se acercó a sus labios.
—Te quiero —le dijo el menor. No pensó, solo lo dijo.
El corazón del alfa estaba por salir de su pecho, quería llorar por aquello. Se quedó en silencio apreciando la voz de Jimin al decir aquello. Fue ese silencio que hizo que el omega se sintiera mal y se aleje, pensó que fue muy rápido, pensó que el mayor no lo quería y que lo dejaría.
—Lo siento, lo siento, no debí decir eso. Tú seguramente no sientes lo mismo, me apresuré, lo siento. Soy un estúpido, perdón.
—Te quiero, Jim.
—¿Qué?
—Que te quiero, te quiero mucho.
Los ojos del menor se llenaron de lágrimas, ese alfa lo quería, realmente lo quería. Era verdad, no estaba soñando.
Se besaron mientras se decían que se querían.
✧✦✧
Jeon tomó una ducha antes de irse, se puso unos jeans negros, una camisa azul y sus botas negras, se peinó sus rizos hacia atrás y Jimin miraba embobado desde la puerta. Jungkook se dio vuelta, lo miró y sonrió.
—¿Te gusta lo que ves?
—Si y mucho —dijo sin quitar la vista de su cuerpo.
—A mí me gustas mucho tú, omega.
El omega de Jimin chilló y él también, se sonrojó por el cumplido.
—Me iré un momento, Jim, luego regreso. ¿Si?
—Si, Kook, está bien. Te quiero.
—Te quiero, Jimin —dijo mientras caminaba hacia el omega para darle un beso en la frente.
—Cuídate.
—Tú también cuídate y dile al dormilón de Jae que lo voy a extrañar.
El omega sonrió y asintió. Se dijeron un par de cosas más y el de ojos verdes se fue.
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